En “El Universal” del 27 de febrero apareció la primera parte de mi alegato reivindicatorio de la pertinencia y justicia (y elegancia, ¿por qué no?) de la expresión “Ya chole”. Con ésta el presidente rechaza (entre iracundo y festivo) las arremetidas de los reaccionarios que impugnan los actos de su gobierno, sin medida ni razón.
Esos adversarios tienen un propósito electoral, además de la sórdida intención de arremeter contra la verdad. Hoy agregaré algunos párrafos a mi vehemente defensa del ya chole presidencial. Al pan, pan, y al vino, vino.
Ya chole de mentir sobre la falta de apoyo a las fuentes de trabajo. Los empresarios (que alegan estar quebrados) y los trabajadores (que dicen haber perdido su chamba) saben que el gobierno imaginativo y justiciero ha multiplicado medidas que evitaron la clausura de empresas y la pérdida de empleos. ¿Acaso no vemos que la economía se ha recuperado y florecen las fuentes de trabajo, estimuladas con apoyos oportunos y suficientes?
Ya chole con los mercenarios que se duelen de arremetidas contra la libre expresión, supuestamente cometidas por un gobernante que es modelo de libertad y tolerancia. Agraviado como nadie lo fuera (ni siquiera Madero) responde a las furiosas invectivas de los adversarios con un discurso ponderado y respetuoso, invoca otros datos siempre persuasivos y jamás engaña ni ofende (como no sea a los difusores de falsedades: fake news). ¿No es así?
Ya chole de la alharaca sobre el ambiente limpio y el aire puro, que propalan extranjeros asistidos por abogados que traicionan a la patria. Todos sabemos –¿no es verdad?– que no hay mejor fuente de energía que el combustóleo y el carbón que produce México y que hemos aspirado a pleno pulmón desde hace muchos años, y nadie se ha muerto.
Ya chole de quejas lacrimosas de artistas y científicos por reducciones radicales en el apoyo del Estado a la ciencia y la cultura. ¿Cómo pueden ignorar que en esta etapa, en que las cosas “ya no son como antes”, ese patrocinio se ha prodigado a manos llenas, con suficiencia y generosidad ¿Acaso no se han dado cuenta? Lo que no es posible es que un puñado de sedicentes intelectuales pretendan vivir con lujuriosa opulencia a costa del pueblo. ¿O sí?
Ya chole con protestas de padres de familia, niños, ancianos, trabajadores de la salud y otros dolientes inventados por los adversarios, que se mueven en la sombra reclamando remedios para sus padecimientos. ¿Acaso no es público y notorio que contamos con bodegas repletas de medicinas con las que se atiende con holgura a quienes los requieren y hasta a los que no los necesitan.? Todos lo saben.
Ya chole de achacar irregularidades y dispendios en el manejo de recursos públicos, y objetar la inversión en obras insignia del gobierno, diciendo que va en detrimento de los recursos que se deben destinar a la salud y la educación. Mentira. Es bien sabido que hasta el último centavo se maneja con escrúpulo infinito, que las obras en marcha son necesarias y rentables, que siempre se recurre a licitaciones y que salió de “oquis” la cancelación del infame NAIM. ¿Acaso lo ignoramos? Ya lo dijeron hasta los responsables de auditorías fundadas en perversas intenciones.
Sí, estamos en jauja. Sólo lo niegan los fifís y neoliberales, ávidos de votos y nostálgicos de corrupciones. Pero éstas se acabaron. Por ello, ya chole. Ni esos adversarios pasarán ni esos votos llegarán.