Frente a la decisión de regresar a clases presenciales en el país, sin contar con los elementos para asegurar la salud de los alumnos de la educación básica, los integrantes del colectivo «Unidos por la Salud de los Mexicanos» nos pronunciamos de la siguiente manera:

1. La educación es una actividad crucial en toda sociedad humana. Por ello importa definir las condiciones que se deben cumplir para regresar a las actividades presenciales.
2. El mal manejo de la pandemia de Covid19 por las autoridades de nuestro país ha ocasionado un exceso de más de 330 mil defunciones, aumento de la pobreza, desplome de la economía, desempleo y disminución de la calidad educativa. Uno de los grupos más afectados es el de niños y adolescentes. Además, indebidamente, no se planea inmunizarlos contra la Covid19, a pesar de que, en todos los grupos de edad, la enfermedad estuvo entre las diez primeras causas de pueden contagiar a los demás.
3. Un millón 200 mil docentes imparten clases de educación básica a 25 millones de alumnos en 230 mil planteles, muchos de los que no cumplen con los requerimientos para el regreso a clases presenciales: 14% no tienen electricidad, 27% no disponen de agua pot 4. able y un tercio no cuentan con lavabos.
4. México vive el momento de mayor contagio en toda la pandemia. El máximo número se había registrado en enero con 438 mil casos, pero en los últimos 31 días se han registrado 466 mil, además de que se han incrementado hospitalizaciones en niños y jóvenes.
5. Es obligación ineludible del Estado crear las condiciones para asegurar el derecho a la salud de todos. La acción precipitada de las autoridades y sus omisiones en el cumplimiento de ese deber, pueden acarrear graves peligros y daños a niños y jóvenes que acudan a planteles que carecen de los requerimientos indispensables. Será su responsabilidad exponer a los menores a situaciones que no permitan prevenir contagios y complicaciones evitables. Se deben del traslado de niños y padres a los planteles.
6. La orden de «retorno a clases» ignora la diversidad de características de las comunidades del país. Es indispensable ponderar con objetividad y prudencia esa diversidad y adoptar programas de forma diferenciada y cuando resulte oportuno. Entre las condiciones que se deben cumplir en todos los casos están: asegurar la vacunación efectiva del personal de las escuelas y garantizar que estas cumplen con los requerimientos sanitarios; disponer de un protocolo aprobado por el Consejo de Salubridad General y capacitar al personal y a los padres de familia en su cumplimiento; contar con las pruebas diagnósticas para detectar contagios y manejar debidamente la contingencia, incluido el aislamiento de los casos, el estudio de los contactos y su posible cuarentena; contar con los servicios de salud para responder a las necesidades de la población. Toca a las autoridades de salud, a partir de criterios técnicos y no políticos, decidir en cada cas condiciones para el regreso presencial a clases.
7. Ninguna autoridad debe transferir a los padres de familia la responsabilidad de asumir una decisión precipitada y en condiciones adversas. Es preciso desechar la adopción de una responsiva a suscribir por los padres de familia.

  Es claro que este es el peor momento para retomar las actividades presenciales y que no se cumplen las condiciones requeridas. Hacerlo pondría en riesgo la salud y la vida de los alumnos, de sus profesores y de sus familiares. Las consecuencias de la pésima estrategia seguida en el manejo de la pandemia pueden agravarse todavía más, si se insiste en poner en práctica una decisión a todas luces inconveniente.