Al Licenciado Andrés Manuel López Obrador,

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

A los trabajadores de la salud.

A la sociedad mexicana:

Desde hace más de un mes y de manera reiterada, algunos de nosotros hemos hecho pública nuestra preocupación por la falta de preparación de las autoridades para contender, en nuestro país, con la pandemia de Covid-19 que afecta al mundo. Poco o nada se aprovecharon los dos meses transcurridos entre el inicio del problema en China y la aparición del primer caso en México. Lo peor es que en las tres semanas siguientes tampoco se tomaron oportunamente las medidas necesarias para limitar los contagios y evitar las consecuencias.

Formamos parte de un grupo amplio de la sociedad que ha coincidido en la falta de liderazgo; en la conveniencia de modificar la estrategia; en la pertinencia de que el Consejo de Salubridad General asumiera, como le corresponde, el manejo de la epidemia; en la necesidad de escuchar a los expertos; en lo oportuno que resultaría contar con un marco jurídico robusto que confiera certeza a todos los sectores de nuestra población; en lo útil de contar con un análisis integral del problema y, en consecuencia, con la puesta en práctica de propuestas de solución completas, entre ellas las de orden económico que, de no ejecutarse, provocará la afectación de la población más vulnerable por la disminución del ingreso de los trabajadores, la cancelación de empleos y el desmantelamiento de la planta productiva de nuestro país.

Por todas estas razones, el pasado 27 de marzo públicamente nos expresamos para reclamar, entre otras, la realización masiva de pruebas diagnósticas para identificar oportunamente a las personas infectadas y a sus contactos. De forma especial demandamos que se garantizara la seguridad de los trabajadores de las unidades de atención médica quienes, de forma insistente ya habían expresado sus reclamos por la carencia de equipos personales de protección, por la falta de abasto y por no disponer de los protocolos de actuación y la capacitación requeridos.

Desgraciadamente, 17 días después nuestros planteamientos no han sido atendidos. Como resultado de ello, son muchos los casos de hospitales en los que se han registrado contagios que han afectado a cientos de trabajadores, además de que han costado la vida a algunos de ellos. Esto se habría evitado si de verdad se hubiera tenido la planeación requerida. Por supuesto que la solidaridad internacional siempre será reconocida. Sin embargo, en este momento lo que se requiere es apoyar a los médicos mexicanos y al personal del equipo de salud. De igual manera, en México existe un número suficiente de personal profesional que puede capacitarse en la atención de la epidemia, en particular en el uso correcto de los ventiladores.

Las autoridades de salud han fallado en la tarea de proporcionar información confiable y oportuna respecto del curso de la epidemia en nuestro país. Esto es válido lo mismo en el tema del número de personas afectadas, que en el de los fallecimientos; en el de la duración de las medidas de aislamiento, o en el de los brotes hospitalarios registrados; en el caso del abasto o en el de la existencia de protocolos de actuación y la capacitación correspondiente del personal de salud. Lo anterior ha ocasionado incertidumbre en la población.

Por todo lo anterior, una vez más hacemos pública nuestra exigencia de que se conceda la más alta prioridad a la seguridad de los trabajadores de las instituciones de salud y que, sin dilación alguna, se realicen las acciones que la aseguren. A pesar de que ya es tarde, debe apresurarse la entrega de los insumos para la realización masiva de pruebas diagnósticas a los casos probables y a sus contactos, posibilitar el aislamiento de quienes resulten positivos y asegurar el abasto que se requiere. Además, se deben poner en práctica acciones que respondan a las necesidades económicas de nuestra población, antes de que sea demasiado tarde y que, de las crisis sanitaria y económica, transitemos a una de orden social.

Nuevamente expresamos nuestro compromiso de contribuir a la atención de un problema que requiere de la participación de todos, al tiempo que solicitamos a las autoridades:

1. Garantizar la seguridad de los trabajadores en las unidades de atención médica, su integridad física fuera de ellas y el acceso oportuno a las pruebas diagnósticas debido a su alta exposición.
2. Realizar extensamente las pruebas diagnósticas para identificar oportunamente a las personas contagiadas y a sus contactos;
3. Atender al personal de salud que resulte contagiado en sus propias unidades de atención, de así solicitarlo;
4. Identificar las unidades de atención con mayores problemas en cuanto a insumos y personal médico y de enfermería, para poder proporcionar la atención inmediata y necesaria;
5. Prever los recursos y las acciones que resulten necesarias para el manejo de cadáveres, para evitar situaciones como las que se han registrado en otras naciones;
6. Robustecer jurídicamente las acciones que lleven a efecto para la atención de la pandemia, y 
7. Diseñar y poner en práctica las medidas de orden económico que eviten el tránsito a una crisis de orden social.